Como ocurre en otras profesiones relacionadas con el mundo de los animales de compañía, no existe todavía una cualificación o titulación de carácter nacional que permita elegir un educador/adiestrador con una formación oficial acreditada. Por el contrario diré que si existen escuelas de educación con buena reputación que te certifican los conocimientos aprendidos. Incluso hay máster o cursos de postgrado que se pueden realizar y están acreditados por una universidad.

Entonces ¿cómo saber elegir un educador?

Hay varias cuestiones a plantearse antes de elegir a un buen educador:

1. Consultar a un conocido que haya tenido una experiencia con alguno.

Antes de buscar por tu cuenta es recomendable hablar con algún conocido con experiencia previa para que nos pueda indicar como le ha ido y luego comparar con lo que nos digan a los que llamamos.

2. Preguntar por la formación que tiene.

Saber la formación del educador, esto nos dará unas nociones de si puede o no tratar un problema grande o quizá tan sólo una educación básica. Recuerda que un educador que conozca varias disciplinas podrá tener más recursos a la hora de trabajar con tu perro.

3. Si se desplaza al domicilio o no.

Es importante saber esto porque si los problemas que tenemos son en el entorno donde vivimos por mucho que en un centro de adiestramiento le enseñen no solventaremos el problema. No obstante esto dependerá del problema que tengamos.

4. Cuanto tiempo necesita para terminar el trabajo.

Con animales no se pueden dar fechas cerradas al cien por cien, la realidad es muy diferente a los programas de tv, en los que un educador llega a una casa y prácticamente en un día se ha resuelto el problema. Hay que ser realista y saber que el tiempo será relativo a la evolución del perro y educación o tratamiento. A si es que será mejor no fiarse mucho de aquellos que te aseguran el éxito en poco tiempo.

Si algo me ha enseñado el trabajar con los perros es que al igual que los humanos tardamos poco tiempo en aprender las cosas pero mucho en conseguir llevarlas a cabo en la vida real. Un perro aprende a sentarse en un ratito pero que consiga sentarse en cualquier lugar y situación lleva un poco más de tiempo.

5. Elegir un educador experimentado en el campo que deseemos trabajar.

No es lo mismo educar a un animal para que aprenda las órdenes básicas de obediencia, que realizar una modificación de la conducta, que dedicarnos algún deporte con nuestro perrete. Todo entra dentro del campo del adiestramiento pero al igual que en todas las profesiones hay especialistas para cada tipo de trabajo.

6. Es necesario asegurarse de que el profesional utiliza sistemas de trabajo adecuados.

El sistema de trabajo que utilicemos no tiene que tener actuaciones vejatorias o de maltrato al animal a través del dolor y la intimidación, los últimos estudios científicos han demostrado que el mejor sistema para educar a un perro y cambiar su comportamiento es el que se basa en el uso del refuerzo positivo como técnica principal. Se debe desconfiar de aquéllos que dicen trabajar con refuerzo positivo pero no usan premios y utilizan collares o herramientas que infringen dolor al animal.

7. Es necesario que el educador explique y enseñe.

Es un punto imprescindible que el educador nos enseñe lo que hace y como hacerlo, al fin y al cabo los que vivirán de por vida con el perro son los clientes y son ellos los que al final tendrán que usar correctamente las herramientas que el educador les facilite. Hay que desconfiar de aquellos educadores que no te permiten ver lo que hacen con el perro, puesto que es tu animal debes de tener la posibilidad de ver lo que hacen con el.

Si antes de elegir un educador nos planteamos estos temas, será más difícil equivocarse.

Publicado el: 01-11-2016

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